El origen de Viña La Rosa se remonta al año 1824 cuando Francisco Ossa y Mercado, importante minero radicado en el norte de Chile toma la decisión de adquirir una hacienda en la zona central del país. Su afición por la agricultura lo llevó a buscar un campo que, con el tiempo, fuese el legado para su primer hijo Gregorio. La belleza del Valle del Cachapoal y los atractivos de la zona de Peumo atrajeron a Don Francisco. Una bella hacienda llamó particularmente su atención. Sus tierras fueron parte de las primeras encomiendas que Pedro de Valdivia repartiera en este lejano “nuevo mundo” al gran amor de su vida, Inés de Suarez. Y quién vendía nada menos que Manuel Blanco Encalada, un gran marino y el primer presidente de Chile. La compra incluyó un viñedo plantado con parras traídas de la Francia pre-phylloxera, una bodega, barricas para guarda y la residencia familiar. Hoy, la sexta generación de la familia encabezada por Ismael Ossa Errázuriz, es la encargada de continuar con el legado de los fundadores y consolidar a Viña La Rosa como productor de vinos finos de clase mundial. Para ello la viña cuenta con más de 600 hectáreas de viñedos propios plantados en la zona de Peumo, Valle del Cachapoal, manejadas observando prácticas sustentables en armonía con la naturaleza y con absoluto respeto con la gente que las cuida hasta su embotellado en origen